15/6/08

¡Ayúdame a mirar!

Diego no conocía la mar. El padre, Santiago kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur. Ella la mar, estaba mas allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estallo ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedo mudo de hermosura. Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre
¡Ayúdame a mirar!