7/11/08

Gustavo Adolfo Bécquer- Desde mi celda

Absorto en estos pensamientos, doblo el periódico y me dirijo a mi habitación. Cruzo la sombría calle de árboles y llego a la primera cerca del monasterio, cuya destellada silueta destaca por oscuro sobre el cielo, en un todo semejante a la de un castillo feudal.