Desde los primeros versículos del Cantar de los Cantares, nos seduce el milagro de un amor libre, lúdico, sensual, comunicativo, ingenuo, personal... Los amantes enfatizan la mutua pertenencia: "Yo soy para mi amado, y mi amado es para mí" En ningún momento se describen órganos o acciones abiertamente sexuales, pero existe un divertido, sutil juego de simbolizaciones que, a modo de acertijo, sugieren erotismo y complicidad.
Mi Amado para mí
Ya toda me entregué y di
Y de tal suerte he trocado
Que mi Amado para mi
Y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador
Me tiró y dejó herida
En los brazos del amor
Mi alma quedó rendida,
Y cobrando nueva vida
De tal manera he trocado
Que mi Amado para mí
Y yo soy para mi Amado.
Hirióme con una flecha
Enherbolada de amor
Y mi alma quedó hecha
Una con su Criador
Ya yo no quiero otro amor
Pues a mi Dios me he entregado
Y mi Amado para míY yo soy para mi Amado.
LIBRO CANTAR DE LOS CANTARES