
y el derecho de cada uno a todos los privilegios
Digo que el sufrimiento es un sacrilegio
cuando hay para todos rosas y pan blanco
Impugno la legitimidad de las guerras
la justicia que mata y la muerte que castiga
las conciencias que duermen en el fondo de su cama
la civilización en brazos de los mercenarios
Observo morir este siglo que envejece
Un mundo diferente reaparecerá de sus cenizas
pero ya no basta simplemente con esperarlo
Lo esperé demasiado. Lo quiero ahora
Que mi mujer sea bonita a cada hora del día
sin tener que disimularlo bajo el maquillaje
y que no haya que dejar para más tarde
el deseo que tengo de ella y de hacerle el amor
Que nuestros hijos sean hombres, no sólo adultos
y que sean lo que queríamos ser antes
Que seamos hermanos camaradas y cómplices
en vez de ser dos generaciones que se insultan
Que nuestros padres puedan finalmente emanciparse
y que tengan tiempo de acariciar a su mujer
después de toda una vida de sudor y lágrimas
y de los períodos de entreguerras que no eran la paz
Yo declaro el estado de felicidad permanente
sin que sólo sea palabras con música
sin esperar que venga el tiempo mesiánico
sin que se vote en ningún Parlamento
Digo que, en adelante, seremos responsables
No daremos cuenta a nadie y a nada
y transformaremos la casualidad en destino
Solos a bordo y sin amo y sin dios y sin diablo
Y si quieres venir, pasa la pasarela.
Hay sitio para todos y para cada uno
pero nos queda por hacer camino
para ir a ver brillar una nueva estrella
Yo declaro el estado de felicidad permanente